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Para muchos, 2022 es el año de Sonic por todo el contenido que ha recibido y el que tendrá dentro y fuera de los videojuegos, pero no es la única mascota famosa con un excelente año lleno de regalos.
Kirby cumple 30 años, y pensábamos que Forgotten Land sería la única manera en la que Nintendo lo celebraría, pero también recibimos un concierto sinfónico, próximamente el relanzamiento de su animé en Blu-ray en Japón y Kirby’s Dream Buffet, un título que anunciaron de la nada y que nadie esperaba.
Cuando el mundo vio su trailer, lo catalogaron como “el Fall Guys de Nintendo”, y claramente tomó cierta inspiración, pero después de varias horas de jugarlo, te aseguramos que hay muchísimos elementos que lo ayudan a diferenciarse del título desarrollado por Mediatonic.
En Kirby’s Dream Buffet tomamos control de la tierna bola rosada, y rodamos a través de pistas hechas de comida que casi podemos saborear. Montañas de pastel, colinas de hotcakes con miel, puentes de tocino, plataformas de hamburguesas y muchos circuitos parecidos. A diferencia de Fall Guys y otros títulos similares, competimos únicamente contra 3 jugadores, que pueden ser CPU o personas en línea.
El modo Gourmet Grand Prix consta de 2 carreras, 1 minijuego entre ambas y la batalla final, en donde se define al ganador. ¿Cómo se gana en Kirby’s Dream Buffet? Come más que todos. Parece la cena de Navidad con tu familia, pero no es así. Llegar primero es de mucha ayuda, pero no es el único objetivo.
Durante las carreras, minijuegos y batalla final, debemos recoger la mayor cantidad de fresas que encontremos en el camino o que caigan del cielo porque nos dan muchas ventajas, además de la victoria.
Las fresas incrementan la velocidad, algo así como las monedas en Mario Kart 8, pero también hace a Kirby más gordito, lo que le complica volar cuando se sale de la pista. Recoger la mayor cantidad de fruta puede ser un arma de doble filo, ya que así como ayuda a llegar en primer lugar, buscar la mayoría puede ser una distracción y nuestros contrincantes se nos pueden adelantar.
Dentro de las pistas hay cajas de objetos, como las de Mario Kart, que son de muchísima ayuda. El balance de los ítems está bien logrado, pero debemos usarlos sabiamente, porque es muy frustrante usar uno en un momento incorrecto y desperdiciarlo. Por ejemplo, aunque la gelatina incrementa la velocidad, lo que es útil para superar a nuestros rivales, sirve muchísimo para pasar por debajo de las barreras, así que guárdalo sabiamente.
Igual que en el juego de carreras del bigotón, el ítem que salga en las cajas depende mucho del puesto en el que vamos, así que cuando estamos en primer lugar, posiblemente nos den únicamente fresas. A veces es mejor ir en último porque salen los mejores objetos. Una ventaja de ser gordito es que, sin necesidad de tener un ítem, nuestros contrincantes reciben el mayor impacto cuando chocamos contra ellos.
En la línea de meta nos esperan 3 pasteles, uno con 10 fresas, otro con 20 y el último con 50, la idea es quedarnos con el premio mayor. Llegar y comer el pastel gigante es increíble y muy satisfactorio porque me parece un premio justo, pero no alcanzarlo se siente como reprobar una materia.
En los minijuegos la meta igualmente es conseguir fresas; puede ser al romper cajas, o atraparlas del cielo, y también destruyendo enemigos. Duran 20 segundos, así que debemos estar atentos. Que duren tan poco ayuda a no romper el ritmo de las carreras y además te llena de adrenalina, porque, aunque no lo creas, a veces son suficientes para comer mucho.
La batalla final es muy divertida pero también caótica. En esta ocasión, los ítems sirven para lanzar a nuestros contrincantes fuera del escenario. Algo así como un Royal Rumble. Esto hará que ellos pierdan fruta y nosotros la consigamos. Como los escenarios son pequeños, constantemente vemos chispas y explosiones volar por todos lados, así que literalmente se vuelve un campo de guerra.
No te confíes si llegas a esta estancia como primer lugar, porque si te descuidas, puedes bajar varios escalones. Al mismo tiempo, si vas perdiendo, un buen desempeño en el Battle Royal posiblemente te dé la victoria. Esto tiene un lado muy competitivo y emocionante, porque te da esperanza de ganar aunque te haya ido mal en las carreras, pero también es horrible en caso de que pierdas después de haber hecho un gran trabajo.
Si te quedaste cerca de la victoria, pero no fue suficiente, tenemos una buena noticia: al final del grand prix, hay 3 bonus que te dan 40 fresas cada uno, así como en Mario Party. Estos no son al azar o por lástima, sino que los recibe quien haya agarrado más fresas en los minijuegos, quien haya roto más barreras de galleta o haya comido más moras azules, etc. Son varias bonificaciones que sirven de mucho.
Ganes o pierdas, el juego no se recarga totalmente en factores de azar o aleatorios; en su mayoría se basa en la habilidad de cada jugador. Es una combinación bastante sana entre Mario Kart y Mario Party, aunque a fin de cuentas, la suerte es un factor a considerar, pues una partida se puede definir en la batalla final o porque a otro jugador le dieron uno o más bonus.
¿Es difícil perfeccionar los controles? Un poco, porque están lejos de ser los más estables. Mientras más grande sea Kirby, más tosco y torpe se vuelve, y por más que dominemos su movimiento, las pistas constantemente presentan topes, hoyos, obstáculos y demás elementos que lo desestabilizan. A mí me gusta porque ayuda a que, por más bueno que seas, siempre haya oportunidad de que todos ganen.
Visualmente, este juego es una belleza. Es muy parecido a Forgotten Land, pero en lugar de bellos paisajes hay comida que se ve suculenta. Nintendo siempre presta mucha atención a esto, el ejemplo perfecto es lo deliciosa que se ve la fruta en Pikmin 3, y aquí lo hacen mejor que nunca. Te recomendamos jugar con el estómago lleno porque TODO se te va a antojar.
En Kirby’s Dream Buffet, la motivación para seguir jugando carrera tras carrera es subir de nivel y los desbloqueables.. El juego está repleto de ellos, ya que no tiene microtransacciones como Fall Guys o Fortnite; todos los trajes, colores y decoraciones disponibles se sacan conforme más jugamos.
Aunque casi todos los desbloqueables son puramente estéticos, es adictivo ganar más. Los premios son colores para Kirby, trajes, canciones y decoraciones para un pastel que se encuentra en el menú principal. Lo genial de cada uno es que están relacionados con los juegos de la franquicia, así que si eres fan de Kirby, es sensacional ir obteniendo pedacitos de su historia.
Lo que más me gustó de los desbloqueables es que van más allá de guiños a la saga, ya que también podemos obtener nuevas pistas. Si de por sí las primeras no son repetitivas, saber que hay más niveles a nuestra disposición motiva a querer ver todos, porque como ya dije, no sólo son muy creativos, sino que se ven deliciosos.
Cada partida grand prix dura entre 5 y 7 minutos, son muy fugaces. Esto tiene ventajas y desventajas. Por una parte, es bueno porque no consume mucho tiempo, así que si vas a salir y todavía no llegan por ti o tienes un poco de tiempo extra, puedes echarte unas retitas rápidas.
Por otro lado, después de 1 o 2 horas ya habrás corrido muchísimas carreras, así que querrás parar un rato para descansar. A pesar de que tiene cierto grado de adicción como otros títulos multijugador, al menos yo no pude aguantar más de 2 horas jugando, porque eventualmente me cansé. Eso no significa que me harté de Kirby’s Dream Buffet, al día siguiente estaba recargado y listo para jugar más y pasarla muy bien.
Otro problema de este título es que, como ya es costumbre en entregas de Nintendo, la conexión es algo inestable, aunque tengas un internet excelente. Sólo me sacó una vez de una carrera, pero el lag y retraso fue más común que de costumbre, o al menos en comparación con otros juegos en línea, en donde nunca me sucede.
Otro problema es que, a pesar de que hay varias pistas y que las carreras son cortas y divertidas, hay poco contenido. Fuera del grand prix local y en línea, lo único que se puede hacer es jugar las carreras y minijuegos de manera individual y un modo libre, que sirve para practicar. El título es reciente y barato, así que seguramente recibirá actualizaciones y más cosas por hacer, o hasta una 2da temporada, pero por el momento no es suficiente.
Por último, que las carreras sean de 4 personas (si juegas multijugador en un mismo Switch se vuelven de 2) es una gran desventaja. No digo que debería tener el mismo número de jugadores que Fall Guys o Warzone, pero si Mario Kart tiene 12 lugares, creo que Dream Buffet podría aspirar a lo mismo. Probablemente las batallas finales serían más problemáticas, pero los mapas son muy amplios, así que lo veo viable.
Honestamente, estos detalles son mínimos en comparación con los pros de Kirby’s Dream Buffet. Si tomamos en cuenta su precio y su objetivo (carreras en donde gana el que come más) es un excelente spinoff de Kirbo. Está al nivel o hasta más arriba de entregas como Kirby Battle Royal o Super Clash, ya que nos entrega varias horas de diversión con una experiencia memorable y para todas las edades.
Sus pequeños problemas seguramente serán corregidos en futuras actualizaciones, y creo que es lo único que hay que esperar: que Nintendo no se olvide de esta joyita, que es digna invitada de la celebración de 3 década de Kirby.